domingo, 20 de septiembre de 2009

37. LAS HISTORIAS VIOLENTAS

Muchas veces me pregunto porqué los varoncitos de hoy sienten tanto atractivo por los juegos violentos en Internet o por las películas tantas veces terriblemente sangrientas. Los vampiros, los luchadores implacables y sanguinarios, parecen fascinarlos y no lo entiendo. Pero un pensamiento me ayuda a entender. Me recuerdo a mi mismo que no se trata de algo tan nuevo. Los griegos crearon dioses feroces y elaboraron historias de terror en las que los héroes luchaban con monstruos terribles, poderosos dioses vengativos y fuerzas devastadoras de la naturaleza. En nuestros días se han hecho nuevamente famosas historias como El Señor de los Anillos escrita en los años 50, que fue llevada al cine con espeluznante realismo, la misma que gira alrededor de la lucha por no caer en la maldad a la que puede arrastrar el poder. Hasta la Caperucita roja lidia con animales asesinos. Es decir, no hay nada nuevo, sólo un cambio de forma y una pequeña evolución de los personajes. Tal vez las luchas de hoy con súper poderes y vampiros y superhéroes preparan a nuestros hijos para luchas entre el bien y el mal que hoy no podemos ni imaginar. La dopamina que liberan en estas luchas fantásticas, produce una sensación agradable, tan agradable que puede ser adictiva. Una sabia respuesta, creo, es la de sumarse a nuestros hijos para regular con nuestra participación aquello que ocurra, no para someternos. Eso nos permitirá escoger buena literatura de ese tipo, buenos juegos, sin sadismo, donde sea bellamente evidente el motivo sano de las conductas extremas en las que a veces tenemos que caer los humanos por el bien común y propio, en lugar de oponernos de manera intransigente a esos juegos y películas que reprobamos. Palabra de hombre.

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