jueves, 24 de septiembre de 2009

35. LA EDUCACION DE LOS EDUCADORES SEXUALES

Los educadores encargados de la educación sexual son todos educadores heridos emocional y espiritualmente. Son personas que provienen de hogares donde existió una manera de crecer en la sexualidad, de acercarse a la misma y de recorrer los caminos propios del amor, bastante complejos y muchas veces disfuncionales, por lo que lo más probable es que sean, ellos mismos personas muy heridas en su sexualidad (entre muchas otras heridas, y como la mayoría de los humanos). Por lo tanto sus valores pueden haber crecido muy afectados por carencias y confusiones a nivel afectivo y cognitivo sobre lo que es una sexualidad plena. Podrían estar confundidos entre su universo personal y la prédica restrictiva de conductas supuestamente “buenas” que ellos mismos tienen dificultades para sostener (como todos, en mayor o menor medida), prédica que es tan solo el reflejo de lo que alguna vez y a modo de letanía les repitieron a ellos, y así sucesivamente, generación tras generación, con ciertos progresos tal vez, pero igualmente fragmentada. El riesgo es que al educar a los niños y niñas, se transmitan los anti-valores que vienen de los traumas y de las heridas del crecimiento de sus mentores. Por ello propongo que la capacitación de estos educadores y sobretodo de los formadores de los formadores, aporte experiencias reparadoras, nutricias, que, aunque no resuelvan todas las dificultades de estas personas a quienes les confiamos la educación sexual de nuestros hijos, al menos aporten herramientas y fuerzas para una contención sana de su sexualidad, sin lo cual esa educación no podría ser ética. Palabra de hombre.

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