martes, 21 de septiembre de 2010

59. TU MANERA DE AMAR

A veces nos sentimos amenazados por un gran vacío que aparece en nuestro vínculo de pareja. Como si el amor del que nos sentíamos tan seguros, pareciera quebrantarse. Nos sorprenden cambios en la conducta de nuestra pareja que parecen desdecir lo que creíamos eran los acuerdos y sobrentendidos en la relación que tanto hemos valorado. Plenamente seguros, habíamos entregado todo nuestro afecto, arriesgado todo, jugándonos totalmente por ese amor, y todo parece amenazado, a veces sorpresivamente.
El temor que aparece es muy grande porque cuando uno ama y entrega tanto, la idea del fracaso, la sola imagen de podríamos ya no estar con la persona amada nos sume en una angustia y soledad insoportables. Surge la fantasía de no ser adecuados, de no merecer ser amados, el temor a la soledad. Brota una profunda tristeza que se despierta como un eco que parece repetir momentos pretéritos muy duros de los que nadie está libre en su vida y que se montan uno sobre el otro como una temible marea oscura.
Obviamente, como puede ocurrir con todo, es posible que el amor se haya agotado, que el vacío, el miedo, la tristeza, terminen teniendo un fundamento real porque el amor efectivamente terminó o se debilitó muchísimo, cualquiera sea la razón aparente de la debacle.
Pero no suele ser así. Es una crisis, y eso tiene su lado bueno. La crisis no es siempre fatal. No son las cosas siempre como parecen ser, o como tememos que sean. Algo está ocurriendo que debe ser atendido. Puede ser que los vacíos, los duelos, las heridas, que existían en ambos antes de establecer el vínculo y que inevitablemente influyeron en el encuentro amoroso inicial – tal vez idealixzado-, estén brotando en alguna forma, porque algo nuevo ha surgido que lo evoca.
Porque nunca las cosas son estáticas, nada es estático, menos las complejísimas relaciones humanas, y esa irrupción fantasmática puede ser muy valiosa para todos. Tenemos que aceptar que las personas cambian, por lo que las relaciones nunca son iguales, todo evoluciona, todo sigue un proceso, y las relaciones, por poderosas y comprometidas que sean, también tienen que procesar y hacer suyos los cambios, ojalá refundando la relación.
Obviamente nada nos obliga a aceptar aquello que no nos gusta de lo que surge, y uno puede terminar tomando la decisión de alejarse de la relación, muy a su pesar, respetando el deseo del otro y dando espacio al dolor y al duelo inevitable. De hecho, la relación amorosa es absolutamente voluntaria, y voluntaria es también la aceptación o rechazo de los cambios.
Pero lo que sostengo es que las dificultades para adaptarse a los cambios puede estar revelando las limitaciones de la misma relación en la que uno se sentía tan seguro y tan confiado. Es decir, las dificultades pueden ser una manifestación, un síntoma del lado no consciente de la relación que no la invalidan, sino que la desafían para que, en ella y gracias a ella, ambas personas crezcan y se desarrollen. Fuera de la relación de pareja, este crecimiento creo, es mucho más difícil, si no imposible.
Y si, cada una por su lado, ambas personas trabajan con sus limitaciones y dificultades personales develadas, sus temores, sus tristezas, sus lados obsesivos, sus renuncias, su narcicismo, su ego, sus fobias, sus evasiones, sus malos humores gratuitos, sus ambiciones, sus inseguridades, sus intolerancias, se habrá abierto un espacio de crecimiento de ambos, y de la misma relación que entrará en una etapa sin duda superior.
Si las parejas aprenden a reconocer sus dificultades como problemas que la “crisis-de-pareja-en-tanto-síntoma” está revelando, todo puede ir por muy buen camino y fortalecer enormemente el amor por el cual ambos han apostado y entregado tanto.
Pero ambas partes tienen que trabajar, porque nunca es unilateral la dificultad, nunca. Ambas personas que se encontraron, se enamoraron, y se amaron así, formando un vínculo único y absolutamente irrepetible, lo hicieron desde todos sus facetas, tanto las que deben preservarse y crecer, como las que deben ser manejadas con algo más de sabiduría, o superadas, trascendidas.
Si ambos trabajan en el amor, generosamente, valorando el camino recorrido, pueden llegar a nuevos acuerdos mutuamente agradables o al menos tolerables, a nuevos límites sanos y buenos… hasta que una nueva crisis-síntoma abra nuevas grietas que atender, reparar, nuevos desafíos, nuevas oportunidades de crecimiento, nuevos jardines que recorrer, para que el amor crezca… o espacios para que muera si ambos fracasan.
Ese es el único sentido que puedo encontrar a la hermosa y vilipendiada frase “¡¡te amaré por siempre!!!”
Y no olvidemos que cada uno tiene su manera de amar……… si alguien no te ama como tu quisieras que te ame… no significa que no te ame… puede estar amándote todo lo que es posible amar para ella o para él tal y como esa persona es, con todo lo que es… y eso, en si mismo, es algo extraordinario, bello, fascinante….

jueves, 2 de septiembre de 2010

58. LA ALIANZA ENTRE HOMBRES Y MUJERES EN EL AMOR

LAS MUJERES Y LOS HOMBRES TENEMOS MUCHOS MIEDOS DE GÉNERO. EL MIEDO A LA INFIDELIDAD ES EL PEOR. Y HAY TANTAS MUJERES INFIELES COMO HOMBRES INFIELES. ESTÁ DEMOSTRADO, Y ES ALTO EL PORCENTAJE: 50%.

PARA VENCER ESOS MIEDOS, LOS HOMBRES Y LAS MUJERES TENEMOS QUE LUCHAR JUNTOS, ARMADOS DEL AMOR, LA COMPASIÓN, LA CAPACIDAD DE ESCUCHA, RENUNCIANDO A LA PELEA ESTÉRIL.
NO LUCHAR EL UNO CONTRA LA OTRA, O UNA CONTRA EL OTRO, SINO JUNTOS. BUSCANDO LOS ESPACIOS DE LA COMPRENSIÓN, DÍA A DÍA, REASEGURANDO A LA PAREJA, BRINDANDO PROTECCION A LA INTIMIDAD, MUCHA PROTECCION....!!!!!
LA INFIDELIDAD CAUSA HERIDAS MUY HONDAS, ES MUY DESTRUCTIVA. Y SON GRANDES LAS FUERZAS QUE LA IMPULSAN. SI NO, NO HABRÍA TANTA TRAICIÓN AL AMOR.
PERO LOS SERES HUMANOS NO SÓLO CONTAMOS CON LA OXITOCINA QUE ES LA HORMONA DE LA FIDELIDAD QUE COMPARTIMOS CON ALGUNAS AVES Y MAMÍFEROPS QUE ESTABLECEN VÍNCULOS DE POR VIDA. TENEMOS ADEMÁS UNA INMENSA CAPACIDAD DE AMAR QUE NOS LLEVA A TRASCENDER Y A VENCER A LA MUERTE A TRAVÉS DEL ARTE, LA POESÍA, LA DANZA, LA FILOSOFÍA
HAY QUE RECONOCER QUE MUCHAS DE LAS DIFICULTADES EN LA PAREJA NACEN DE PROBLEMAS ANCESTRALES, MUY ANTIGUOS, QUE NO SE HAN RESUELTO. Y RESULTA QUE UNA PAREJA NO SÓLO ESTÁ TRATANDO DE RESOLVER SU PROBLEMA PARTICULAR DE PAREJA, SINO CIENTOS O MILES DE AÑOS DE DIFICULTADES DE PAREJA NO RESUELTOS!
UNO DE ESOS PROBLEMAS ES EL DEL CONTROL Y EL PODER. EL AMOR SE DEBILITA PASO A PASO, INEXORABLEMENTE CUANDO EL HOMBRE O LA MUJER BUSCAN CONTROLAR SITUACIONES CON FRECUENCIA, O CUANDO BUSCAN SU PODER, SU PRESTIGIO, SU ÉXITO, A COSTA DEL AMOR. EL PODER DESPLAZA AL AMOR.
EL PODER Y EL CONTROL ENCUENTRAN, Y PROMUEVEN, EN LA PAREJA SU OPUESTO ES DECIR EL "SACRIFICIO" TAMBIÉN EN NOMBRE DEL AMOR, LA RENUNCIA Y POSTERGACIÓN CONSTANTES, POSICIONES IGUALMENTE DESTRUCTIVAS QUE MINAN LA CONFIANZA EN LA PAREJA, DAÑAN LA AUTOESTIMA Y LA SEGURIDAD, PERDIÉNDOSE LA IMÁGEN Y LA TRANQUILIDAD EN EL AMOR
SOY DE LOS QUE CREEN EN EL AMOR, DE LOS QUE CREEN QUE LA PAREJA QUE AMA CONSTRUYE LA RELACIÓN MÁS IMPORTANTE DE LA VIDA, QUE BRINDA A LOS HIJOS Y A QUIENES LOS RODEAN, LA FUERZA, LA SEGURIDAD, LA ALEGRÍA DE VIVIR....Y ESE VÍNCULO, ESA RELACIÓN EXTRAORDINARIA, ES TOTALMENTE VOLUNTARIA...!!

jueves, 25 de febrero de 2010

57. CRECER COMO HOMBRES

Nunca vamos a crecer los hombres si no nos despertamos del sueño en el que estamos sumergidos. Nuestras madres son también responsables de nuestra confusión no sólo nuestros padres y ancestros hombres, porque ellas son transmisoras muy directas de los mitos a veces perversos sobre la masculinidad. El torpor que nos embriaga es la confusión misma que surge de vivir de maneras automáticas, reactivas, por nuestros hábitos, costumbres, que seguimos mayormente sin mediar reflexión alguna. Repetimos lo que aprendimos de pequeños acerca de lo que es “ser hombre” o lo que vemos y registramos a nuestro alrededor, de manera inconsciente. Y todo comportamiento inconsciente es irresponsable. A lo que conduce a nuestra conducta irreflexiva es al abuso, a la prepotencia, a la negligencia, a la infidelidad compulsiva, a actitudes autoritarias, que manchan nuestro género con la imagen del llamado “machismo”. Buscamos consuelo o justificación en una imagen de poder, en algún supuesto orden divino o fantasía religiosa, que niega nuestra fragilidad innata como seres mortales, que nos embriaga de fantasías omnipotentes sobre un supuesto rol del “Hombre”. Estos espejismos se quiebran en un desorden mental, cuando la realidad se impone con la enfermedad y la consciencia de la inevitabilidad de la muerte y nuestra respuesta se tiñe de miedos, tristezas, furias inútiles. La respuesta sana y sanadora, es la constante ampliación de nuestra consciencia, conducente a la compasión, el amor, el cuidado de la vida, la protección del más débil o del que no se puede defender. Esa es la Ley del Padre para mí. Palabra de hombre.

martes, 23 de febrero de 2010

56. LA ANGUSTIA Y LA CALMA

La vida tiene razones de sobra para generar angustias en nosotros. Nada es eterno, todo cambia, todo es incierto, salvo la inevitabilidad de la enfermedad y de la muerte. Pero ante esto solemos hundirnos en la depresión, o fantasear una vida sin sufrimiento, en este u otro mundo, podemos negar esa realidad y entregarnos a alguna actividad obsesiva que nos distraiga, o sumirnos en la fantasía de alguna creencia que nos consuele. Pero creo que esas respuestas no son las únicas posibles. También es posible aceptar esa realidad y vivir con ella como lo que es, y bendecir nuestra vida con el espíritu compasivo que de esa consciencia surge. También podemos aceptar, con esa misma compasión, que de vez en cuando vamos a caer en alguna forma de distracción evasiva como puede ser el consumismo, podemos reconocer que que la inevitable angustia de la vida nos va a llevar a veces a concebir alguna conducta agresiva, autocomplaciente o de autoconmiseración... pero tomando distancia de esa evasión, no actuándola irresponsablemente. Ni reprimas ni te entregues a esos sentimientos o impulsos, simplemente reconoce que están ahí, y observa cómo, solos, ellos desaparecen, se desvanecen, y vuelve la calma. Si logras tomar consciencia a tiempo de esas respuestas espontáneas, inconscientes, negadoras, podrás encontrar un reconfortante espacio de calma y de sabiduría. Palabra de hombre.

55. LA AMISTAD

Tener una amistad, sea o no un amor, es vital para sentirnos vivos y encontar sentido en esa experiencia de la vida. Un amigo no es la persona que te aconseja, quien te dice lo que debes hacer o sentir, no es simplemente la persona que te acepta y juega contigo. No necesitamos que ese amigo o amiga sea un sabio, ni una persona que sepa lo que está bien o mal, ni una persona que nos quiera hacer creer en lo que ella cree, ni menos quien nos hace sentir que dependemos de ella. Un amigo es una persona que acepta nuestra imperfección tanto como la suya propia. El que acompaña nuestros esfuerzos por aprender a vivir, el que nutre nuestra conexión con los aprendizajes de los demás, de nuestra cultura, de nuestra historia, con nuestros sueños, sin pretender que es dueño de ninguna verdad, como no lo somos nosotros mismos. No es un guru, no es una autoridad ni espiritual ni jerárquica, no es nadie que se sienta superior a nosotros, no es quien pretende dominarnos ni someternos con un pensamiento supuestamente superior. Es quien respeta la creatividad, la imaginación, la autonomía de cada vida, quien valora la experiencia de cada uno, y que no pretende ningún supuesto saber, ni tener ninguna verdad ni alucina tener revelación alguna. Palabra de hombre.

miércoles, 6 de enero de 2010

54. SER ABIERTOS

Seamos personas abiertas. Es decir, seamos personas dispuestas a reconocer que no sabemos todo, que podemos recibir la verdad de donde ella venga, que podemos aceptar al otro sin juzgarlo a priori, que no nos vamos a oponer a lo que surge por prejuicios o antejuicios, que podemos dejarnos sorprender por lo nuevo como si fuéramos principiantes, o como son los niños, dispuestos siempre a asombrarse con lo que aparece antes sus ojitos y a recibirlo con una sonrisa. De las cinco cualidades discernidas por las neurociencias, esta lleva a un bienestar muy especial, porque nos libra del desgaste de querer siempre demostrar que sabemos, que tenemos todas las respuestas, porque nos ayuda a estar muy cómodos con el no saber. Para los hombres esta cualidad es más difícil de alcanzar, creo, porque de nosotros se espera siempre la seguridad, las respuestas exactas, la asertividad y no la duda. Pero si podemos diferenciar la duda, de la capacidad para estar abiertos ante lo nuevo, ante lo desconocido, y para asombrarnos de lo que surja, las cosas serán bastante más sencillas. Palabra de hombre.

martes, 5 de enero de 2010

53. SER CONSCIENTES

Otro rasgo de las actitudes que llevan al bienestar es el ser conscientes. Esto significa muchas cosas. Por un lado, tiene que ver con el hacer las cosas conscientemente, es decir, de manera cuidadosa, diligente, atenta, no descuidada. Cuando hacemos las cosas de manera desordenada, no consciente, estamos expuestos a tantos errores, a hacer las cosas mal, a lesionar a otros, a ofender, a olvidar cosas importantes, a dejar de lado a seres queridos, y, sobre todo, a fracasar en algún intento de lograr algo valioso.
Ser conscientes también significa actuar con conocimiento de las motivaciones más profundas de nuestros actos, no las más inmediatas y más aparentes. Significa ser conscientes de las motivaciones neuróticas, defensivas, adaptativas, de todo tipo, que afectan nuestras respuestas e iniciativas, a veces deformándolas, otras transformándolas en lo opuesto de lo quisiéramos hacer.
Finalmente, ser conscientes también significa actuar en la vida con plena consciencia de todos los aspectos involucrados en nuestra acción, con el pensamiento, con el espíritu, con el corazón, con nuestros deseos, instintos, movimientos, sentimientos, con nuestra piel y nuestras manos, es decir con nuestro ser completo, no fragmentado, no reducido solamente a una de las partes de nuestro ser. Eso hará que nuestra experiencia será más plena y satisfactoria, más cuidadosa, y los demás tendrán una mejor experiencia, tal vez más agradable, al encontrarse con nosotros. Palabra de hombre.

52. SER SANAMENTE EXTROVERTIDOS

Hemos hablado de no ser tan neuróticos y de saber ser agradables. Hablemos ahora de ser saber ser sanamente extrovertidos. No hay duda de que hay muchos momentos en la vida en que la introversión es importante y valiosa, tanto para protegernos de quienes no pueden entender algún aspecto de nuestro mundo interior, o no están preparados para siquiera mirarlo sin el mínimo de compasión y respetuosa aceptación. Pero también es vital que podamos expresar lo que vivimos en nuestro interior, a riesgo incluso de no ser comprendidos, no ser aceptados, hasta ser rechazados. Porque nuestra verdad es valiosa, si es honesta, si es producto de una reflexión y no de un capricho, si es que integra, y no separa, el pensamiento del corazón. Nuestra verdad no es “la verdad”, es solamente “nuestra” verdad, y no debemos confundirla tampoco con el conocimiento, con la ciencia, con la evidencia. Nuestra verdad, que necesita de nuestra capacidad para ser extrovertidos para ser escuchada, hará posible que los demás sepan dónde estamos, sepan a qué atenerse, conozcan qué sentimos por ellos, y por lo menos tomen en cuenta nuestra sensibilidad y expectativas, no necesariamente para complacerlas, pero sí para tomarlas en cuenta y respetarlas. Tenemos, pues, que permitir que nuestra verdad brote, al menos de vez en cuando. Creo que eso significa ser sanamente extrovertido. Palabra de hombre.

lunes, 4 de enero de 2010

51. SEAMOS AGRADABLES A LOS DEMÁS

Hay, se dicen, cinco cualidades que contribuyen enormemente al bienestar personal: la apertura, la consciencia, la extroversión, la ausencia de neurosis, y el saber ser agradable. Vamos a examinar estas cualidades: Una de las actitudes que más contribuyen a nuestro bienestar es saber ser agradables, es decir, saber responder positivamente a los demás, tener la disposición para estar de acuerdo con los demás y no situarnos en la objeción ni en el eterno desacuerdo a priori. En inglés ser agradable se traduce en “to be agreable” que viene de la palabra “agree” que quiere decir “estar de acuerdo”. Uno gana muchísimo espacio en la vida, mucha holgura y tranquilidad si es que no gasta sus energías resistiéndose a los sueños de los demás, si no rebusca razones para objetar sus iniciativas. Obviamente, no podemos estar de acuerdo en todo, ni menos adaptarnos siempre a los deseos de los demás, ni ceder siempre ante sus expectativas. Pero si podemos buscar maneras cómo nuestra conducta ayude a que todo funcione mejor para todos, sin sacrificio ni perjuicio de nadie, y sobre todo sin que se genere una sensación de malestar ni de frustración sin salida. Podemos buscar maneras de que nuestra respuesta sea realmente agradable, que al menos dé opciones, es decir, que sea lo más acorde posible con los sentimientos de apoyo mutuo, de solidaridad, hasta de complicidad con ciertos deseos secretos… Como dice un cartel de un ferretero español: “Es agradable ser importante, pero es mucho más importante ser agradable”. Palabra de hombre.

50. NO SEAMOS TAN NEURÓTICOS

Todos somos en cierta medida neuróticos. No deberíamos sentirnos mal si alguien nos dice “¡neurótico!”, porque podríamos responder tranquilamente: "eso es normal”. Básicamente lo neurótico es un rasgo de nuestra personalidad que construimos en nosotros desde muy pequeños, como producto de nuestro deseo de sobrevivir lo mejor posible frente a las inevitables limitaciones del medio. No es pues algo raro, ya que difícilmente podemos haber tenido los mejores criterios para nuestras decisiones cuando éramos tan pequeñitos. Pero cuando maduramos, podemos comenzar la necesaria tarea de irnos desembarazando de esos rasgos neuróticos, uno a uno, tanto por lo absurdo de sus rasgos, como por las limitaciones que nos imponen en la vida. Comencemos por identificar las dificultades e infelicidades que sentimos en la vida y reconozcamos en qué medida son responsabilidad nuestra y no de los demás. No son cosas que “nos hacen”, sino cosas que “nos hacemos” a nosotros mismos. Luego, aprendamos a “suspender” los actos a los que esas neurosis nos llevarían, para examinar bien sus motivaciones, sin dañar al otro. Y aprendamos a reírnos de nosotros mismos, a ver lo tontos que tantas veces son esos celos, esas furias, esas envidias, esas tristezas y nostalgias, en medio de una vida que siempre es, básicamente, generosa. Sentiremos un gran alivio… y, te aseguro, los demás también. Palabra de hombre.