jueves, 28 de mayo de 2009

9. TU HIJO ENAMORADO

Si tu hijo te dice que está enamorado, recibe esa confidencia con amor de hombre. No te burles de sus palabras y pensamientos porque para él es muy importante entregarse al sentimiento romántico. Esa entrega lo ayudará a reconocer y desear el amor. Tampoco sexualices tus palabras al responder, porque lo que lo mueve no es el deseo del acto genital, a pesar de que sus hormonas lo están movilizando. Lo que lo mueve es el rostro virginal y bello de la jovencita que le quita el sueño, la mirada dulce de la chica que le gusta tanto, sus ojos, su risa, su vocecita suave que lo encandila, lo delicado y límpido de su piel. Escúchalo, está enamorado, quiere tener una parejita y eso no lo hace tonto. Tampoco es síntoma de que se le han despertado deseos sexuales, sin que eso deje de ser cierto. Por el contrario tu compañía le enseñará a iniciar esa búsqueda de toda una vida, en la que los hombres y las mujeres nos encontramos y desencontramos en una hermosa danza interminable. No lo apures, ni lo frenes, ni lo juzgues: escúchalo confiando que él va a encontrar su ritmo, su momento. Dale sin palabras el permiso para amar dulcemente, como él quiera hacerlo y, sobretodo, no de les consejos si no te los pide. Palabra de hombre.

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