jueves, 14 de mayo de 2009

1. NUESTRA FUERZA Y NUESTRA DULZURA

Tantas veces he escuchado criticas a nosotros los hombres por nuestra actitud hacia los sentimientos. Nos dicen que somos demasiado toscos, directos y apurados, que sólo nos interesa lo práctico y que nos cuesta entrar en contacto con la ternura, con la sensualidad. Tanto nos dicen eso que a veces nos lo creemos. Pero, pregunto, ¿quién de nosotros hombres no ha sentido que se dibuja en nuestro rostro una sonrisa al ver a un niño que juega? ¿Quién de nosotros, hombres rudos, no ha sentido el poderoso impulso de proteger a una mujer, a un anciano, a una persona indefensa cuando algo los amenaza? En medio de nuestra supuesta dureza, nos sorprende el sentimiento de amor hacia una mujer y tratamos de ocultarlo, como si fuera una falta. No nos avergoncemos de nuestra capacidad para derretirnos de amor y de dulzura. La fuerza que tenemos es un regalo para la vida, no sólo para cargar ladrillos o para arar la tierra. Palabra de hombre.

No hay comentarios:

Publicar un comentario