viernes, 22 de mayo de 2009

5. HABLA A TUS HIJOS VARONES

Habla a tus hijos. Es verdad que nosotros los hombres aprendimos a apreciar el silencio. Desde hace cientos de miles de años, o más, para nosotros era cuestión de vida o muerte el silencio, sobretodo cuando íbamos de cacería, o cuando teníamos que defender a los nuestros de alguna amenaza grave. Y si sientes esa necesidad física, emocional, espiritual, de guardar silencio, permanece callado, sin hacer el más mínimo ruido. Pero no olvides que de vez en cuando es muy importante que hables a tu hijo, de hombre a hombre. Sobretodo cuando su madre no lo entiende. Cuando siente que algo en la vida lo angustia, que algún espacio se le cierra, o cuando no parece saber cómo acceder al amor de una chica, o cuando se siente avergonzado de algo, con o sin razón. El necesita de su padre tanto o más que tu hija necesita de su madre. Háblale. Pero no le hables desde la distancia, desde un supuesto saber, desde una posición autoritaria. Pregúntale qué necesita, dile que lo quieres y que siempre estarás a su lado, hasta el fin de tus días… y después. Y hazlo desde muy pequeño, desde que nace, y no calles cuando te toca dirigirle la palabra y brindarle un abrazo. Palabra de hombre.

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