lunes, 4 de enero de 2010

50. NO SEAMOS TAN NEURÓTICOS

Todos somos en cierta medida neuróticos. No deberíamos sentirnos mal si alguien nos dice “¡neurótico!”, porque podríamos responder tranquilamente: "eso es normal”. Básicamente lo neurótico es un rasgo de nuestra personalidad que construimos en nosotros desde muy pequeños, como producto de nuestro deseo de sobrevivir lo mejor posible frente a las inevitables limitaciones del medio. No es pues algo raro, ya que difícilmente podemos haber tenido los mejores criterios para nuestras decisiones cuando éramos tan pequeñitos. Pero cuando maduramos, podemos comenzar la necesaria tarea de irnos desembarazando de esos rasgos neuróticos, uno a uno, tanto por lo absurdo de sus rasgos, como por las limitaciones que nos imponen en la vida. Comencemos por identificar las dificultades e infelicidades que sentimos en la vida y reconozcamos en qué medida son responsabilidad nuestra y no de los demás. No son cosas que “nos hacen”, sino cosas que “nos hacemos” a nosotros mismos. Luego, aprendamos a “suspender” los actos a los que esas neurosis nos llevarían, para examinar bien sus motivaciones, sin dañar al otro. Y aprendamos a reírnos de nosotros mismos, a ver lo tontos que tantas veces son esos celos, esas furias, esas envidias, esas tristezas y nostalgias, en medio de una vida que siempre es, básicamente, generosa. Sentiremos un gran alivio… y, te aseguro, los demás también. Palabra de hombre.

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